planoroma

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martes, 5 de noviembre de 2013

Receta de pesto casero


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Muchos romanos con la llegada de la primavera se compran su planta de albahaca (basilico) para aderezar ensaladas, tomate frito, pasta, y tantas otras recetas. Con este clima benigno y sin grandes cuidados mi planta se ha hecho grande y me decido a hacer pesto que lo congelo y me dura una buena parte del año. Para congelarlo lo meto en pequeños botes de cristal bien limpios, o en hueveras de plástico, es la dosis justa por persona. ¿Como hago el pesto?

Ingredientes:
100 gr. de hojas frescas de albahaca;
Un vaso de aceite de oliva extra;
12 cucharadas de soperas de queso Parmigiano Reggiano y cuatro de Pecorino (oveja);
2 dientes de ajo;
Dos cucharadas de piñones, se pueden sustituir por nueces;
Sal, si se hace con el mortero tiene que se gruesa.

Tenemos que limpiar bien las hojas de albahaca y secarlas, hay que evitar que tengan agua. Los ajos preferiblemente que sean un poco frescos, se tiene que sentir el sabor pero de fondo.
El pesto es aconsejable hacerlo con un mortero de mármol o piedra y el pilón o mango debe ser de madera. Yo por motivos prácticos lo hago con la batidora.
Lo primero que hay que hacer es triturar o machacar la albahaca, cuando empiece a formarse la pasta es el momento de añadir los piñones que ayudan a amalgamar la pasta y es contraste del ajo que añadimos a continuación. Ha llegado el momento de incorporar el queso parmeggiano y de oveja, y poco a poco se va versando el aceite de oliva hasta crear una pasta uniforme y consistente, por último echamos la sal con mucho cuidado, a veces el queso es muy salado. El aceite no debe de tener un sabor excesivamente fuerte existe el riesgo que su sabor oculte y predomine en el pesto. ¡Ya está!, listo para comer. 
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4 comentarios:

  1. Hola Rafael, supongo que el trabajo que pasas preparando el pesto, en lugar de comprarlo en el supermercado, se compensará con que la salsa estará mucho más rica, no? Al menos no lleva nada artificial y ya solo por eso valdrá la pena el tiempo invertido.

    He estado viendo tus recetas y voy a animarme a preparar varias de ellas (otras las descarto porque no me gusta algún ingrediente de las mismas, por ejemplo alcachofas) que no parecen complicadas, sobre todo las de pasta. No tengo mucho tiempo para los fogones, y solo me pongo ante ellos de Pascuas a Ramos. Tampoco sé cocinar muchos platos, pero los que hago me salen bastante bien. Por lo menos eso dicen mis hijos cuando les cocino tagliatelle con anchoas o rigatoni con berenjenas. Hablando de pasta, ¿es muy habitual que las “mamma” amasen en el domicilio su propia pasta, y que no conciben como tal la que compras en el super?

    Por último, me ha llamado la atención que no has incluido todavía ninguna receta con hígado, tripas, riñones… casquería en general (o igual se me ha pasado por alto), cuando es algo tradicional de la gastronomía romana. Supongo que como buen castellano, en Palencia no tendrías problemas en zamparte alguna asadurilla o chanfaina, así que en Roma también disfrutarás de vez en cuando de sus platos típicos. ¿O me equivoco y lo cierto es que no te gustan nada?

    Un abrazo.

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    1. Hola Juan Carlos, te confieso que yo tampoco tengo mucho tiempo para los fogones, pero hay que comer, y después de un día de trabajo me gusta darme un premio. De la pasta hecha en casa se que hay algunas personas que la hacen, pero son minoría, además yo prefiero la pasta seca, me gusta su textura. Efectivamente no hay recetas de “frattaglie” hígado, callos, manillas, etc., la razón es que son díficiles de encontrar, de todas formas dentro de unos días cargo en el blog una receta de lengua, en cualquier caso no quiero que se convierte en un blog de cocina única y exclusivamente, pero acepto la sugerencia. Muchas gracias por tus comentarios, espero que el blog te sea útil.
      Un abrazo
      Rafael

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  2. Gracias Ruth, espero que esta y otras recetas del blog te sean útiles y sobre todo ricas.
    Saludos desde la caput mundi.
    R

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