Un buen japonés en el corazón de San Lorenzo

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Hay un restaurante japonés en San Lorenzo que es excelente, con pescado de óptima calidad, variedad, y de temporada, no solamente se come atún o salmón como es frecuente. La presentación de los platos es delicada y cuidada, y son servidos con el tiempo suficiente para deleitar los sabores, los olores y los colores. Sublime el sushi, y el sashimi, deliciosas las albóndigas de cangrejo fritas, las ostras, el atún estofado y los dulces, en definitiva todo de buenísima calidad. El local es pequeño, intimo, minimalista y en blanco y negro, al estilo japonés. Se aconseja reservar con días de antelación, es un poco caro pero merece la pena.

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Torta salada de calabacín con rúcola

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Tengo unos calabacines tiernos en el frigorífico y me decido a preparar una torta salada para la cena.

Ingredientes para cuatro personas

• Un paquete de pasta de hojaldre;
• 4 calabacines;
• 200 gr. rúcola; 
• unas hojas de albahaca o menta; 
• 200 gr. de queso semi curado; 
• queso parmigiano;
• 2 huevos;
• aceite, sal y pimienta.

Preparación:

Nos ponemos a la faena, lavamos y cortamos los calabacines, los cocemos con un poco de agua y aceite. Cuando estén en su punto los retiramos del fuego y añadimos el resto de los ingredientes: rúcola, huevos, queso cortado en tacos, parmigiano rallado, albahaca o menta, sal y pimienta. Lo mezclamos bien hasta formar una masa homogénea. Lo versamos todo en una fuente de horno dónde previamente hemos puesto la pasta de hojaldre. Espolvoreamos con parmigiano y pimienta la superficie, lo metemos en el horno a 200º durante unos 20-30 minutos hasta que esté cocida y dorada.
Ya me contaréis a mí me gusta mucho.

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Monti, Roma en estado puro

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El “rione Monti” es un barrio orgulloso y particular de Roma, que ya en la Edad Media hablaba un dialecto distinto al resto del resto de los romanos, sobre todo diverso al de los trasteverinos, eternos y acérrimos rivales. Su pequeña dimensión se debe a que en los años 1924-1936, durante la época del fascismo, la parte baja del barrio se destruyó para dejar espacio a la via de los Foros Imperiales. El barrio es un oasis en medio de via Nazionale y via Cavour, un laberinto de pequeñas calles y callejones dónde descubrir rincones con sello de romanidad e historia.

El centro neurálgico del barrio es la piazza della Madonna dei Monti, una plaza romana llena de vida,  atravesada por via dei Serpenti y via degli Zingari, toma su nombre de la iglesia Santa María dei Monti, mejor conocida como Madonna dei Monti. En la plaza domina una bellísima fuente encargada por el papa Sisto V a Giacomo Della Porta, que diseñó el proyecto en 1588 y realizada el siguiente año por Battista Rusconi. En la plaza hay dos iglesias Santa María dei Monti, y la iglesia dedicada a los santos Sergio y Bacco, oficiales del ejército romano y mártires por la fe en Siria en el 303, es una iglesia que se remonta al siglo IX, fue restaurada por el papa Urbano VIII. Es la iglesia nacional de Ucrania, con una bonita fachada del ochocientos. En esta zona predicaron la caridad San Giuseppe Labre, llamado como “el santo de los piojos” al considerar los piojos criaturas de Dios, no los mataba y los tenia como penitencia, y San Alfonso María de los Liguiri que habitó en la iglesia con su Obra Pia.

No faltan alternativas para degustar la buena cocina romana, hay restaurantes, pizzerías, hornos para comer y buenos cafés donde sentarse para ver pasar la gente.

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