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Roma está llena de rincones impresionantes para
visitar, pero no olvidemos que su historia y monumentos no están todos en el
centro de la ciudad.
Sant’Agnese y Santa Constanza se encuentran en la
Roma “fuori le Mura”, un conjunto paleocristiano de
inigualable belleza y que constituyen un respiro de las iglesias y museos del
centro, llenas de turistas y un alivio del calor estival romano. Se encuentra dentro de un complejo monumental compuesto
por la basílica, ruinas de una basílica anterior, un patio y
catacumbas.
Sant’Agnese fuori le Mura, fue edificada en el año 324
por voluntad de Constanza, sobre las ruinas de un cementerio y de las
catacumbas que albergaban los restos de la Santa. Fue reconstruida por orden
del Papa Onorio I y con el paso del tiempo ha tenido otras intervenciones. Es
uno de los ejemplos más claros de lo que fue la estructura de una antigua
basílica cristiana. La fachada es de estilo renacentista, a la iglesia se
accede descendiendo una larga escalinata de mármol del 1590, sobre sus paredes
hay fragmentos de lápidas y de restos arquitectónicos procedentes de las
catacumbas. Su interior, precedido del nartex, es de tres naves, separadas por
catorce columnas antiguas con ricos capiteles corintios. Muy interesante el
mosaico que retrata sobre un fondo de oro a Sant’Agnese como emperadora
bizantina, uno de los ejemplos más valiosos del arte bizantino en Roma. El 21
de enero de todos los años son bendecidos dos corderos y con su lana se confecciona
un “pallium” que el papa dona a los
arzobispos de nueva nomina.
Hay
catacumbas bajo la iglesia que no he visitado, pero tengo entendido que no
son tan buenas como las catacumbas de Priscila, que están en las inmediaciones
El mausoleo de Santa Constanza, fue construido en el
siglo IV para la hija del Emperador Constantino. El exterior es pobre y austero
en contraste con el interior sugestivo, intimo y espiritual.
De forma circular con altar central cubierto con una
cúpula sobre tambor, doble fila de columnas radiales que soportan una bóveda de
cañón decorada ricamente con mosaicos. Su interior es oscuro, fresco, tranquilo
y sencillo, dónde se respira una atmósfera particular casi mística que te traslada
a los cristianos de hace 2000 años. Los mosaicos son una joya iluminados por la
luz que se filtra del alto, un poco difíciles de ver por la estructura y altura
del mausoleo, llevar unos prismáticos no es mala idea. Hay escenas de vendimia,
dibujos geométricos, figurativos, etc. de vivos y ricos colores.
Si queremos
hacer una pausa hay una cafetería dentro del complejo, si lo que nos apetece es
dar un paseo estamos en las inmediaciones de Villa Torlonia, ideal para
reflexionar y asimilar la maravilla que hemos visto.
La iglesia y
el mausoleo son gratis, cierra unas horas a medio día, como muchas
iglesias en Roma.
Para llegar desde la
estación Termini, tomar el autobús #60 o #90 L y bajar en la intersección de Via
Nomentana y XXI Aprile. Como alternativa, la B1 metro
Sant'Agnese/Annibiliano parada y subir la colina hacia Via Nomentana.
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