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miércoles, 4 de noviembre de 2015

San Pietro in Vincoli y el Moisés



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La basílica de San Pietro in Vincoli debe su nombre a las cadenas (del latino vincula) que conserva en su interior y que según la tradición fueron utilizadas para atar a San Pedro en la cárcel Mamertino en Jerusalén. En el siglo V la emperatriz Elia Eudocia mujer del emperador Teodosio II recibe del Patriarca de Jerusalén las cadenas como regalo por su visita a la ciudad. La emperatriz las envió a su hija Licinia Eudossia, mujer del emperador de occidente Valentiniano III, que a su vez las dona al Papa León I, conocido como León el Magno. La iglesia ya tenía parte de estas cadenas  y cuando el Papa las juntó, milagrosamente se unieron en una sola. Para celebrar y recordar el milagro se construyó en 442 la basílica, gracias a la ayuda de la emperatriz Eudossia, razón por la cual también es conocida como Basílica Eudossiana, y ha sido aquí dónde se han conservado las cadenas visibles en el altar.  Este milagro tiene una interpretación histórica, Eudossia hija del emperador de oriente, casada  con el emperador de occidente, podría representar el vínculo que una de nuevo el imperio divido.

La basílica Eudossiana del siglo V ha sido restructurada a lo largo del tiempo por distintos Papas; Adriano, Sisto IV, Giuliano III, de estos dos últimos son los escudos pertenecientes a la familia Della Rovere que se encuentan en el templo. El interior es de tres naves divididas por columnas de mármol griego de una única pieza con capitel dórico. La nave central tiene una pintura al fresco que narra el milagro de las cadenas de San Pedro, en la nave derecha se conserva la pintura de San Agustín, del Guercino, la sacristía tiene un pavimento de mármol probablemente proveniente de las Termas de Trajano, pero sin lugar a dudas el monumento por el cual la iglesia es conocida en todo el mundo es el Moisés de Miguel Ángel destinado al monumento fúnebre de Giulio II en la Basílica de San Pedro en el Vaticano. 

Cuando le encargaron el monumento fúnebre Miguel Ángel pasó ocho meses en Carrara seleccionando los mejores bloques de mármol para realizar la obra. A su vuelta a Roma el proyecto se paralizó desencadenando la ira del artista. Con la muerte del Papa y la elección de León X, el proyecto se redimensiona y se traslada para su ejecución a la iglesia de San Pedro in Vincoli. Cuando se reanuda el trabajo se finaliza el Moisés y los prisioneros, pero de nuevo se interrumpe la empresa, el papa Paolo III convence a Miguel Ángel para que pinte el Juicio Final en la Capilla Sixtina. El Mausoleo de Gulio II fue finalizado por alumnos del maestro, consistente en una simple fachada con seis nichos para esculturas, muy lejos del proyecto originario que tenía cuarenta. “I Prigioni” un grupo de seis estatuas encadenadas en diversas posturas se encuentran cuatro en la Galleria de la Academia de Florencia y en el museo del Louvre las otras dos casi finalizadas. Afortunadamente el Moisés se conservó en esta iglesia y desde 1545 se puede admirar esta obra maestra en el transepto de la iglesia. El Moisés de rostro duro y mirada fiera, con las venas y músculos en tensión resaltan como si la estatua palpitase bajo el impulso de la ira, está sentado solemnemente con las Tablas de la Ley en la Mano. A los lados del Moisés están las estatuas Lia y Rachele símbolos de la vida activa y contemplativa, obras de Raffaello di Montelupo. En la parte superior se encuentra la estatua yacente de Giulio II, tradicionalmente atribuida a Maso del Bosco, no obstante últimamente se piensa que puede ser obra del mismo Miguel Ángel. Las restantes figuras en alto son, una Sibila y a la derecha un Profeta también obra de Raffaello di Montelupo, mientras que la escultura de la Virgen de pie con el Niño Jesús,  fue realizada por Scherano da Settignano. 

Destaca en la iglesia un mosaico del siglo VII con San Sebastián vestido de soldado, viejo y con barba, al estilo iconográfico bizantino, diverso de la posterior iconografía romana que lo trasformó en un joven bellísimo. Se encuentra en la iglesia el monumento fúnebre del cardenal Nicola Cusano obra de Andrea Bregno, cardenal titular de la iglesia de San Pietro in Vincoli.

Horario: todos los días de 8:00 a 12:30 y de 15:30 a 18:00 horas.
 

Estamos en las inmediaciones del Coliseo, Foros Imperiales, Vía Cavour, Piazza Vittorio.
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4 comentarios:

  1. Gasté unas cuantas monedas para que se iluminara la ubicación donde se encuentra el Moisés, y poder observarlo a conciencia, intentando decidir si el ademán es de levantarse enfurecido o de sentarse tras un arrebato colérico. O localizar la marca en la rodilla que, desconozco si cierto o leyenda, le produjo el mismo Miguel Ángel al golpearle con un martillo y decirle “¿Por qué no me hablas?”. En ambos casos no tuve éxito. También recuerdo las cadenas, pero al ir apurado de tiempo, lástima que no me fijé en más detalles de la basílica. Vas a tiro fijo y te pierdes muchas cosas, te das cuenta cuando después lees libros sobre la ciudad o blogs como este.

    Corrado Augias dedica un capítulo entero (25 páginas) de su libro “Los secretos de Roma” al templo y a la escultura. Habla de las 20 columnas dóricas, para él las más hermosas de toda Roma y puede que del mundo… de la tortuosa construcción del Moisés, durante nada menos que cuarenta años, al que Miguel Ángel se refería como “la tragedia de mi vida”…

    También hace unos días empecé a leer “Un otoño romano” de Javier Reverte, escrito durante su estancia de tres meses en el otoño de 2013, como invitado en la Real Academia de España. Cuenta que en San Pietro in Vincoli está enterrado Clemente III, el papa bajo cuyo mandato quemaron a Giordano Bruno, y que encima de su sepulcro está esculpido un esqueleto aterrador.

    Bueno, si nada se tuerce, entre el 7 y el 12 de abril volveré a estar por ahí, y sin duda nuevamente me pondré a observar si Moisés se está levantando o sentando. Aunque dirás “largo me lo fiais”, espero que podremos tomarnos un café, no?

    Un abrazo

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    1. Hay que echar muchas monedas para poder ver las obras de arte, tenemos que financiar a la iglesia, está muy pobre…. Efectivamente las columnas son robustas, delicadas, sencillas, de líneas puras, son de una gran belleza. Tengo pendiente estas navidades leer el libro de Javier Reverte. Si vienes a Roma il caffe l’offro io.

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    2. Muy bien. Pero en el San't Eustachio o la Tazza d'Oro, que he leído tienen el mejor café de Roma

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    3. Me parece bien, vamos donde van todos los turistas.....
      Rafae

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