Caffè Letterario

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Un buen lugar para ver y sobre todo para disfrutar, el Caffè Letterario, no es solamente una biblioteca o un bar de copas, donde se puede leer un revista o un libro en cómodos sofás. Es un espacio polifacético y funcional, con teatro, música, danza, cine y televisión. Cuenta con un estudio de televisión, espacio de debate y discusión de múltiples argumentos. Estéticamente es un local muy interesante, con muebles de distintos estilos, espacios amplios, y distintos ambientes. Se organizan eventos, presentaciones de libros, exposiciones, etc. Los lunes por la tarde un grupo de amigos organiza una proyección de cine español con debate incluido, puedes ver una buena película mientras te tomas una copa de vino y te comes una empanada. También se puede comer, pero he conocido mejores sitios en Roma.

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La Valle del Sacco

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Pizzeria auténtica y simpática en las cercanias de la Pirámide Cestia. No te dejes engañar por la calle en la que está, o el exterior simplón de pizzeria de barrio. Se trata de un local sencillo, bullicioso, auténtico, con vida, lleno de familias romanas, sin extranjeros, de cristales empañados en invierno, y de ventanas abiertas en verano.
Muy buenos los antipasti y los fritos, las pizzas y verduras a la plancha. Los camareros son simpáticos y rápidos en servir las viandas. Yo voy frecuentemente a este lugar, me hace sentir en Roma.

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Biblioteca Casanatense

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Esta semana he ido a visitar la Biblioteca Casanatense, una biblioteca increíblemente rica, a disposición de cualquier estudiante o curioso que pase por las calles del centro de Roma.
La biblioteca nació por orden del cardenal Girolamo Casanate, de ahí su  nombre. En 1698, cuando escribió su testamento, decidió dejar la herencia familiar a los dominicos del convento de Santa Maria sopra Minerva. La herencia consistía en más de 25.000 libros, 160.000 escudos, y  algunos edificios y terrenos”. Había una cláusula en el testamento, que consistía en que si la Orden de los Dominicanos querían ser herederos, debían construir una biblioteca nueva donde albergar los 25.000 libros, no podían llevarlos a una biblioteca ya existente.
En 1698 los dominicos encargaron al arquitecto Antonio Maria Borioni diseñar la primera biblioteca pública de Roma. La gran sala principal tiene grandes ventanas en alto y el techo abovedado y blanco hacen que se refleje la luz del sol, dando así una sensación de mayor luminosidad. Las estanterías están diseñadas especialmente para que los libros más pesados estén en la parte inferior y los más ligeros en la superior. Para proteger los libros del polvo se colocó una tira de cuero sobre ellos. Sólo en esta sala se guardan cerca de 60.000 libros, también hay dos globos terráqueos, uno representa el mundo conocido hasta 1716 y el otro las constelaciones de estrellas. El globo terreste y el globo celeste fueron pintados totalmente a mano en 1716 por el famoso cartógrafo Amancio Moronceli, que había trabajado para la reina Cristina de Suecia o para el rey de Francia". Así han pasado los siglos por esta monumental biblioteca, dónde todavía hoy se sigue haciendo cultura en ella como se puede apreciar al visitarla. Os animo a ver esta joya, si consultáis su sitio Web tenéis información de los horarios de visitas guíadas gratis. Después de la visita descansad un rato en las escaleras de la iglesia de San Ignacio y disfrutad de una de las plazas más bonitas y curiosas de Roma desde mi punto de vista.

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