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viernes, 12 de diciembre de 2014

Renacimiento en la iglesia de San Agustín


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Sant'Agostino es una de las pocas iglesias renacentistas en Roma. En 1286 un noble romano donó a los agustinos algunas casas en Campo Marzio para levantar una iglesia y un convento. La construcción del convento comenzó inmediatamente, no sucedió lo mismo con la iglesia ya que en las inmediaciones estaba San Trifone que pasó a propiedad de los agustinos. En 1296 la necesidad de espacio hace que inicie la construcción de un templo nuevo de mayor dimensión, comienza por tanto la edificación de la iglesia de Sant'Agostino en Roma, abandonando el uso de San Trifone que será destruida definitivamente en 1736. Su construcción continúa hasta 1446, pero fue en el pontificado de Sisto IV que la iglesia se restructura tal y como la vemos hoy, la inscripción de la fachada así lo confirma con la fecha de 1483. Con el tiempo se han hecho numerosos trabajos de embellecimiento del templo, añadidos monumentos fúnebres, hasta que en el 1700 dadas las condiciones precarias del edificio se acomete una restructuración integral por el arquitecto Vanvitelli, los últimos trabajos se remontan al 1800 con los frescos de Gagliardi en la nave central, cruzero y capillas.

Estamos en una iglesia tradicionalpopular romana, que en su interior aloja obras de arte de gran valor y devoción del pueblo romano. Destacan el púlpito de mármol policromo de 1644, la famosísima Madonna del Parto, estatua de gran valor artístico y devoción, realizada por Jacopo Sansovino, su veneración comenzó en 1820 por las oraciones que un obrero hizo para ayudar en el parto a su mujer, hay una imagen del Dios Padre atribuida a Pinturicchio, un cruzifijo de madera del 1400 venerado por San Filippo Neri, el altar central probablemente es de Bernini, la capilla de San Agustín,  los restos de Santa Mónica madre de San Agustín en una urna del 1700, en la capilla de la Madonna di Loreto se encuentra el famoso cuadro de Caravaggio con el mismo nombre. De todas las obras que alberga esta iglesia me impresiona por su fuerza e ímpetu la pintura al fresco del profeta Isaac de Raffaello del 1512. Dice la leyenda que pagaron una gran suma de dinero por esta obra y que el pueblo de Roma estaba escandalizado, Miguel Angelo al ver la pintura dijo que solamente la rodilla del profeta valía el precio pagado, al quedar impresionado por la valentía en el diseño de la misma.

No perdáis la oportunidad de visitar la Biblioteca Angelica, dentro del mismo recinto arquitectónico. Toma su nombre del obispo Angel Rocca, escritor, erudito y apasionado coleccionista de ediciones valiosas, responsable de la tipografía Vaticana durante el pontificado de Sisto V. Ha sido la primera biblioteca europea abierta al público. El fondo antiguo está estimado entorno a 120.000 ejemplares manuscritos y estampados fundamentalmente dedicados al pensamiento agustiniano y a la historia de la reforma y contrareforma. El fin último de esta biblioteca era la tutela, conservación e incremento de este patrimonio. Desde el 1940 es también la sede de la Academia Literaria de la Arcadia.

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jueves, 4 de diciembre de 2014

Risotto con azafrán

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El risotto con azafrán es un primer plato típico de la Lombardía, difundido en toda Italia gracias a su fácil preparación y a su color que le da un toque de elegancia. Existen diversas interpretaciones de esta receta, aquí tenéis la versión clásica.

Ingredientes para 4 comensales:
  • 400 gr. de arroz tipo bomba
  • un pellizco de azafrán
  • 1,5 l. de caldo de carne
  • 1 cebolla;
  • aceite de oliva virgen extra; 
  • un baso de vino blanco; 
  • 100 gr. queso tipo parmigiano rallado; 
  • una nuez de mantequilla.
Para obtener un risotto sabroso tenemos que preparar un caldo, el de carne es la mejor opción. Un buen pedazo de carne con poca grasa, unos huesos, zanahoria, apio, nabo, cebolla, y un tomate es suficiente para hacer un caldo.

Cortamos finamente la cebolla y la sofreímos, cuando empiece a dorarse versamos el arroz y lo dejamos tostar durante algunos minutos removiendo continuamente para evitar que se pegue a la cazuela. Incorporamos el vino blanco, subimos la temperatura para que se evapore el alcohol, continuamos removiendo el arroz y añadiendo poco a poco el caldo que tiene que estar caliente para no romper la cocción. Transcurrido unos diez minutos se condimenta con el azafrán previamente disuelto en un poco de caldo, revolvemos para que amalgame, continuando con la cocción de arroz el tiempo necesario. Cuando lo retiramos del fuego se agrega el queso y una nuez de mantequilla, removemos todo un par de minutos hasta que adquiera una textura mantecosa.
Suerte con la receta, ya me contaréis.
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