Biblioteca Vallicelliana

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Por mi afición a los libros y por deformación profesional he decidido visitar algunas de las bibliotecas históricas de Roma. Aquí os presento la Biblioteca Vallicelliana. Se trata de una biblioteca relacionada con la historia de San Filippo Neri, fundador de la Congregación del Oratorio. Entre las reglas del fundador era “la lectura durante la comida”. Hay una sección central en la biblioteca con los libros que seguramente pertenecían al Santo, con presencia de sus gustos, vida de santos, historia de la iglesia, diccionarios, obras de discípulos, etc.

Estamos en un edificio de Francisco de Borromini que dirige las obras entre 1637 al 1652. Se accede a la biblioteca subiendo una escalera de grandes dimensiones, impresiona la gran sala de lectura, rectangular, iluminada con 16 ventanas, con librerías de madera de dos cuerpos con un pequeño corredor en la parte central para acceder a los libros, librería que ha sido atribuida a Borromini. Destaca el mueble donde se custodian los libros del Santo, su busto en mármol, y el del cardenal Baronio, dos globos, celeste y terráqueo. Sobrecogedor el techo de la sala principal, con frescos de tonalidades blancas, grises y sepia, con motivos decorativos que se reproducen en el suelo. No dejéis de ver los mapas del 600’, están en las paredes de ingreso a la biblioteca, sorprenden por su precisión y colorido.

Se puede hacer una visita guiada gratis, con previa reserva. La guía no tiene muchas ganas de trabajar y menos de hablar, pero si la hacéis preguntas poco a poco se anima.

Visitad el resto del edificio, merece la pena. Nos encontramos en el centro de Roma, cerca de Piazza Navona y en la vía del Governio Vecchio. Suerte y ya me contaréis.     
  

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La Bella Luzzi

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Serpenteando por callejuelas, muy cerca del Coloseo y de Santi Quattro Coronati, nos encontramos con la Trattoria-pizzeria Luzzi. Es casera, familiar, alegre, divertida, sin lujos, encantadora, increíble. Nos encontramos con gente variopinta, romanos de barrio, extranjeros curiosos, modernos, travestis, parejas de enamorados, etc. Con platos rebosantes de comida la gente chilla, canta, habla en voz alta, de repente me he visto en la película Roma de Fellini, en la Roma auténtica de los años 60’ y 70’. El servicio es rápido e informal, te aconsejan bien y si pides mucha comida te avisan. Buenas las pizzas y la verdura a la plancha, el risotto y la pasta con cigalas insuperable, la fritura de gambas y calamares más que buena, incluso el vino y el pan son excelentes. Los precios son tirando a baratos toda una gran sorpresa si tenemos en cuenta la zona donde estamos. Ya me daréis vuestra opinión.

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